2/3/16

Masaje infantil [2-3-16]


Masaje infantil

Parece que últimamente oímos hablar más del masaje infantil, casi como si fuera una cuestión de moda y aunque pueda parecer muy novedoso en realidad es un arte muy antiguo. A través de sencillas técnicas que provienen de la tradición indú, la metodología sueca y la reflexología, se enseña a los padres a reforzar el apego y los lazos afectivos con sus hijos, con la idea de que lo practiquen a diario en momentos de calma y tranquilidad en sus propias casas.

El masaje infantil no es manipulativo, a diferencia del que los masajistas profesionales suelen aplicar a los adultos, no existen movimientos fuertes, se trata básicamente de establecer una comunicación cálida y amable entre el bebé y los progenitores. El masaje ha de ser firme, aunque suave, con movimientos rítmicos ya que a los niños les gusta sentir la presión firme de las manos amorosas de sus padres.

Es una manera de aprender a tocar a los hijos y de sentirse cómodo con el roce físico en general. Una forma natural de que los bebés nos digan mucho a cerca de ellos mismos y de que nosotros aprendamos a tocar, no hace falta ninguna cualidad especial para aprender a tocar a un hijo, todo el mundo puede hacerlo. Seguro que muchos de nosotros hemos visto a algunas madres que, sin darse cuenta, dan suaves masajes a su hijo desde el momento de nacer. Es una parte del proceso natural de unión, una necesidad biológica de conocer al recién nacido mediante todos los sentidos.

Y es que el tacto es tan necesario para un bebé como el alimento, diversos estudios antropológicos de sociedades tribales de todo el mundo desvelan que las tribus más violentas eran aquellas que no se tocaban en la infancia. Coger en brazos a un bebé es uno de los factores más importantes para su desarrollo mental y social. Los efectos de este buen desarrollo no sólo influyen en la infancia sino que crean un impacto en las funciones neuronales y neuroendocrinas que son la base del comportamiento emocional. El masaje puede estimular los nervios cerebrales que facilitan la absorción de los alimentos, lo que produce un aumento más rápido de peso, reducir el nivel de hormonas del estrés, lo que a su vez mejora el sistema inmunitario. La terapia del tacto también está indicada en bebés prematuros para ayudar a aumentar peso con rapidez, a niños asmáticos para mejorar la función respiratoria, en los diabéticos para facilitar el tratamiento y a los que les cuesta dormir para hacerlo con más facilidad.

El contacto físico del masaje no es un capricho sino una necesidad humana básica. Es una forma maravillosa de llegar a conocer a su hijo y a pasar tiempo juntos. Mientras damos masaje regular a un bebé descubrimos la creación de un vínculo que durará toda la vida. El masaje infantil puede ser iniciado tan pronto como lo deseen los padres. Durante los primeros seis o siete meses conviene aplicar un masaje diario, para después durante la etapa más agitada de gateo y aprender a caminar, reducir esta frecuencia a una o dos sesiones por semana si se desea. Más adelante se irán haciendo modificaciones para poder adaptarse al cuerpo del niño según va creciendo y a sus diferentes necesidades.

Hoy, el propósito esencial del masaje infantil es transmitir a los padres el acercamiento, la confianza, la intimidad y el respeto que se crea con la nutrición afectiva. Valorar a los niños para ayudar a la recuperación de la confianza en la infancia, de manera que la sociedad reconozca verdaderamente la importancia de la vida prenatal, nacimiento y primeros años y que se actúe de acuerdo con ello, fomentando así los lazos afectivos entre padres e hijos y recuperando los valores familiares de nuestra cultura.
Gemma Sancho

No hay comentarios:

Publicar un comentario