9/7/10

La obesidad y el asma disparan los trastornos crónicos entre menores


La obesidad y el asma disparan los trastornos crónicos entre menores

La tasa de trastornos crónicos de la salud entre los niños estadounidenses aumentó del 12,8 por ciento en 1994 al 26,6 por ciento en 2006 debido a la obesidad, el asma y problemas de conducta/aprendizaje, según un estudio del Hospital General de Massachusetts en Boston (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).

Los científicos, dirigidos por Jeanne Van Cleave, estimaron cambios en la prevalencia, incidencia y tasas de remisión de amplias categorías de trastornos que utilizaban tres grupos consecutivos de niños y examinaron la prevalencia de tener un trastorno durante cualquier momento del periodo de estudio de seis años.

Los datos procedían de los datos de la Encuesta Longitudinal Nacional del grupo de Jóvenes-Niños (1988-2006), que consistía en tres grupos nacionales representativos de niños. Los niños tenían de 2 a 8 años al inicio de cada periodo de estudio y los grupos fueron seguidos hasta 6 años, de 1988 a 1994 (grupo 1), de 1994 a 2000 (grupo 2), y de 2000 a 2006 (grupo 3).

En la encuesta se incluían informes de los padres sobre sus hijos con un trastorno de la salud que les limitaba las actividades o la escolarización o requería de medicinas, equipamientos especiales o servicios de salud especializados y que duraban al menos 12 meses. La obesidad se definió como un índice de masa corporal superior al percentil 95 según la edad. Las enfermedades crónicas se agruparon en cuatro categorías: obesidad, asma, otros trastornos físicos y problemas de conducta/aprendizaje.

Los investigadores descubrieron que la prevalencia de cualquier trastorno crónico, incluyendo la obesidad, aumentó en los grupos consecutivos. La prevalencia al inicio del estudio del grupo 2 y del grupo 3 era superior en comparación con la del grupo 1. La prevalencia al final del estudio de cualquier trastorno crónico era del 12,8 por ciento para el grupo 1 en 1994; el 25,1 por ciento para el grupo 2 en 2000; y del 26,6 por ciento para el grupo 3 en 2006.

Al combinar todos los grupos, el 16,6 por ciento de los niños tenía alguna condición crónica al inicio del estudio y el 20,8 por ciento de ellos al final del periodo de investigación.

Sin embargo, los autores apuntan que sólo el 7,4 por ciento de todos los niños tenían un trastorno crónico al inicio y al final del periodo de estudio y el 13,4 por ciento suponían nuevos casos. Para el 9,3 por ciento de los niños, se informó de un trastorno crónico al inicio pero remitió al final del estudio.

Además, la prevalencia de tener una enfermedad crónica durante algún momento de los 6 años del periodo de estudio era superior en el último grupo, con hasta un 51,5 por ciento, y existían tasas superiores entre los varones, hispanos y los jóvenes negros.

Los autores concluyen que los trastornos crónicos en la infancia son comunes y dinámicos, lo que subraya los beneficios de los servicios de salud integrales y continuos para que todos los niños se ajusten al tratamiento de los trastornos crónicos, promover la remisión y prevenir el inicio de nuevos trastornos.

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