3/2/11

Identifica la epilepsia infantil

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Identifica la epilepsia infantil

Presta atención a los pequeños desde muy temprana edad para detectar cualquier trastorno en su comportamiento habitual.

Sin hacer distinciones entre mujeres y hombres, la epilepsia es una enfermedad crónica y recurrente que afecta a adultos y a la población infantil. La mayoría de las personas adultas que sufren epilepsia la iniciaron antes de la adolescencia.

Prestarles atención a los niños desde muy temprana edad, ayudará a detectar cualquier trastorno en su comportamiento habitual, relacionado con este frecuente padecimiento.

 ¿Qué es la epilepsia y por qué se produce?

“Es un grupo de enfermedades de origen cerebral, en donde hay descargas de electricidad anormales que generan una serie de eventos en donde el niño, por unos segundos o minutos, tiene conductas extrañas o movimientos fuera de lo normal”, explica la doctora Matilde Ruiz García.

En relación a las causas que provocan la epilepsia, la especialista distingue varios grupos:

Las epilepsias primarias, que son aquellas en donde el cerebro es anatómicamente normal. La mayoría de las veces este tipo de epilepsias son genéticas, y no significa que necesariamente sean hereditarias, pero sí puede darse el caso de que en la familia del pequeño existan personas que la padezcan. En general son de buen pronóstico, se controlan correctamente y no ocasionan en el niño ningún daño cerebral.

En las epilepsias de tipo sintomático se identifica una causa de lesión anatómica en el cerebro que afecta a la corteza cerebral. 

Hay otros daños en el cerebro capaces de producir epilepsia: Complicaciones perinatales, enfermedades como meningitis y encefalitis, tumores, cisticercosis, parálisis cerebral infantil y los traumas graves de cráneo. “Un niño que se cae de un primer piso y tiene una hemorragia en la cabeza, probablemente va a desarrollar epilepsia”, afirma la experta.

Además, la doctora Ruiz García puntualiza que las epilepsias en los niños producidas por lesiones en el cerebro, no son de alta gravedad en todos los casos, y añade: “el tener epilepsia no implica necesariamente un daño cerebral, una discapacidad intelectual o problemas de aprendizaje.”

¿Cuáles son sus síntomas?

“El cerebro va funcionando muy bien como una computadora y de repente le llega una descarga eléctrica masiva. Las manifestaciones de la epilepsia son muy diversas, y dependen del sitio en donde exista una descarga cortical anormal”, comenta la experta en neurología pediátrica.

Los síntomas de esta enfermedad son las crisis epilépticas, y son de dos tipos: parciales y generalizadas.

En las parciales, la descarga se produce en una zona específica del cerebro que tiene que ver con el área motora, visual, auditiva, olfativa y gustativa. El niño puede percibir un olor desagradable, notar un sabor raro, ver luces, figuras, escuchar ruidos o zumbidos que le molestan, e incluso ponerse muy pálido y con dolor de estómago.

A veces puede mostrar rigidez muscular y empezar a mover de forma involuntaria un brazo o una pierna. En cada niño, estos episodios siempre son iguales y no se pueden controlar; se presentan en cualquier momento del día y de la noche, y su frecuencia es muy variable.

Las crisis generalizadas, son aquellas en las que todo el cerebro participa. Normalmente son las más impactantes y obvias. El niño aquí pierde la conciencia, cae al piso, se pone rígido, se sacude, llena su boca de saliva, desvía sus ojos e incluso se pone morado.

Estas crisis convulsivas, suelen durar como máximo tres minutos.

También puede pasar que el pequeño se quede con la mirada fija, parpadeando y moviendo sus labios. Inesperadamente, se detiene por completo en su actividad, y queda totalmente desconectado del medio que le rodea durante segundos. Es un estado conocido como ausencia, y también es un tipo de crisis generalizada, aunque más sutil en sus señales por el hecho de no presentar convulsiones.

Para poder diagnosticar esta enfermedad, tienen que producirse por lo menos dos eventos.

La especialista aconseja: “Las manifestaciones no necesariamente van de la mano de la gravedad y agresividad, y tenemos que darle la misma importancia a una crisis parcial o a una crisis generalizada.”

El panorama de estos niños es alentador: la epilepsia en la infancia se controla y se cura en la mayoría de los casos. Por esta razón, la familia es una pieza fundamental en la vida diaria de estos pequeños. Brindarles con amor y comprensión la atención y cuidados médicos que necesitan, cambiará positivamente su calidad de vida. 

impre.com

http://www.epilepsia7.info/

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